Metodología
Para desarrollar los Círculos de Escucha, nos apoyamos en la Terapia Comunitaria Integrativa, TCI, metodología creada en Brasil en los años ’80 por el psiquiatra y antropólogo Dr. Adalberto Barreto y sus estudiantes de medicina. Hoy es está incorporada al Sistema Único de Salud de Brasil, SUS, como método de intervención psicosocial avanzada.
La práctica de la TCI en el Círculo de Escucha facilita la creación de vínculos saludables y potencia la resiliencia y el manejo del estrés en los participantes, influyendo positivamente en sus familias y comunidades.
¿Cómo funciona el Círculo?
Se inicia en el contacto con la comunidad –barrio, sector, escuela, organización– y sus inquietudes, para invitarles a participar de la práctica del Círculo de Escucha.
El Círculo es un espacio grupal semanal, estable en lugar, día y hora, donde los participantes comparten sus malestares: lo que les quita el sueño, sus angustias y preocupaciones, y también sus alegrías y victorias.
Es facilitado por una dupla o trío de monitores que actúa desde una posición horizontal y no experta. Los monitores aportan reglas para escuchar –hacer silencio, hablar en primera persona, no dar consejos ni juzgar, entre otras– que permiten un diálogo donde cada persona puede tomar conciencia de sus recursos, con el grupo como contenedor.
El Círculo propicia aliviar el sufrimiento, mejorar la autoestima, responsabilidad y autonomía personal y grupal y construir redes de apoyo mutuo.
Objetivos del Círculo de Escucha
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Reforzar el descubrimiento de los propios valores y motivaciones de la persona, para favorecer su autonomía y responsabilidad.
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Potenciar la autoestima individual y comunitaria.
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Redescubrir y fortalecer la confianza de cada persona en su capacidad de crecer y desarrollarse.
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Valorizar el rol de la familia y de su red de relaciones con el entorno.
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Reconocer y valorizar los valores y prácticas culturales tradicionales de personas, familias y comunidades.
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Favorecer el desarrollo de vínculos solidarios, favoreciendo la integración de personas y familias en sus comunidades.
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Estimular la participación, el diálogo y la reflexión para fortalecer la comunidad y su rol de agente de su propia transformación.
Bases conceptuales de la metodología
Resiliencia: la capacidad de sobreponerse a las situaciones de sufrimiento generando un aprendizaje a partir de las experiencias de superación.
Pensamiento Sistémico: cada individuo es un sistema relacionado con otros sistemas: familia, comunidad, condiciones sociales, económicas y culturales.
Teoría de la Comunicación Humana: en nuestros mensajes está presente el contexto, la relación, el lenguaje no verbal, la emocionalidad entre otros.
Antropología Cultural: las relaciones requieren conocer y comprender los diferentes valores y prácticas culturales con las que convivimos.
Pedagogía de Paulo Freire: enseñar es ejercicio de diálogo entre maestro y educandos, donde ambos enseñan y aprenden mutuamente.
Determinantes Sociales de la Salud: circunstancias sociales, económicas, culturales en las que vivimos y que influyen en nuestro bienestar.